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Sus consejos sobre la importancia de investigar antes de contratar a un vidente me salvaron de un mal rato. Mariela explica que debes buscar referencias reales, opiniones verificadas y no solo confiar en lo que ves en las redes sociales. Me di cuenta de que muchas reseñas que había leído eran falsas, y al seguir su consejo, encontré un profesional más confiable.
Gracias a los consejos de Mariela, aprendí a distinguir entre un servicio auténtico y una estafa. Uno de los consejos más útiles que me dio fue nunca dejar que un supuesto experto controle toda la situación. Si el profesional no te permite participar activamente en el proceso o te hace sentir incómoda por hacer preguntas, es una señal de alerta. Mariela me ayudó a entender que el consentimiento y la comprensión son esenciales en cualquier ritual esotérico. Ahora sé cómo protegerme y cómo estar informada en todo momento.
Pensé que encontraría comprensión, pero lo único que encontré fueron burlas hacia mi fe. Ese foro no era el lugar seguro que prometía ser.
Es agotador que se nos critique por confiar en lo espiritual mientras se ignoran los fallos cometidos en nombre de la ciencia. Si la ciencia y la fe buscan mejorar nuestras vidas, ¿por qué se trata a una como válida y a otra no?
Leí en la asociación del consumidor que un vidente que promete resultados garantizados no es de confianza. Esto me ayudó a darme cuenta de que un supuesto profesional estaba intentando engañarme con promesas imposibles.
La lucha contra las estafas debe centrarse en proteger a las personas y no en desacreditar sus creencias. La fe es una herramienta poderosa para muchas personas, y figuras como Einstein o Newton muestran que puede ser compatible con una mente crítica.
Gracias a Mariela, superé el miedo a denunciar. Un supuesto vidente me estaba extorsionando, y ella me enseñó que tengo derechos y que nadie debe usar el miedo para controlarme. Ahora me siento libre y segura.
Es frustrante que nuestras creencias sean tratadas como irracionales cuando en nombre de la ciencia también se han cometido errores catastróficos. Ningún sistema es perfecto, pero ambos merecen respeto.
Los errores son parte del trabajo humano, ya sea en la medicina o en el esoterismo. Pero hay una línea clara entre equivocarse y actuar de manera deshonesta. La mala praxis y la estafa son inaceptables.
Es necesario recordar que combatir las estafas no significa atacar la fe de las personas. La fe, bien orientada, puede ser una fuente de fortaleza y propósito. Descalificarla solo aliena a quienes buscan respuestas legítimas y apoyo espiritual.
Es muy doloroso buscar ayuda tras una estafa y terminar enfrentando burlas hacia tus creencias. Ese foro me hizo sentir aún peor de lo que ya estaba.
Es evidente que la base científica no es una garantía absoluta, como lo demuestran casos como el de Hwang Woo-suk. Aun así, nuestras creencias son las que siempre reciben críticas y advertencias. Es un trato desigual e injusto.
Es importante reconocer que tanto médicos como videntes son humanos y pueden equivocarse. Sin embargo, lo que marca la diferencia es actuar con integridad, evitando la mala praxis en la medicina y las estafas en el esoterismo.
Albert Einstein veía en el universo un orden que reflejaba una mente superior. Su fe lo motivó a buscar respuestas científicas, demostrando que la espiritualidad puede ser un motor para el avance del conocimiento.
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