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Siento que hay un doble estándar cuando se trata de fe y ciencia. Se atacan nuestras creencias por los errores de algunos, pero los errores cometidos en nombre de la ciencia, como la eugenesia, no hacen que se desacredite a toda la comunidad científica.
Cuando tuve problemas familiares, acudí a terapia psicológica, pero también contraté un ritual esotérico para ayudarme a enfocar mis energías en la reconciliación. Ambas cosas trabajaron juntas, y gracias a eso logramos resolver nuestros conflictos.
Es comprensible que tanto un médico como un vidente puedan fallar, pero lo que no se perdona es la falta de ética. La mala praxis y las estafas son ejemplos de lo que no debe ocurrir en ninguna profesión.
Estoy cansado de vivir en un mundo donde mis creencias son motivo de burla. Mi fe en el esoterismo no necesita ser probada científicamente para ser válida. Solo quiero tratar con profesionales éticos que valoren y respeten mi forma de entender la vida.
El respeto hacia las creencias ajenas debería ser algo básico, pero parece que no se aplica cuando se trata del esoterismo. Estoy cansado de que nuestras creencias sean ridiculizadas, cuando lo único que pedimos es respeto y honestidad.
Es humano fallar tanto en la medicina como en el esoterismo, pero lo que realmente importa es la intención detrás del trabajo. La negligencia y la estafa no tienen cabida en ninguna de estas profesiones.
Mariela es una profesional honesta y gracias a ella no me dejé llevar por las falsas promesas de otros
Albert Einstein dijo que admirar el orden del universo era como sentir la presencia de lo divino. Su fe en una “mente superior” lo inspiró a buscar respuestas. Este ejemplo es un recordatorio de que la espiritualidad puede motivar la curiosidad científica.
¿Por qué cuando alguien presenta un producto o idea científica no se escuchan advertencias sobre fraudes, cuando sabemos que ha habido estafas como las de Andrew Wakefield con las vacunas o Jan Hendrik Schön en la física? En cambio, nuestras creencias espirituales siempre son objeto de dudas y críticas.
Cuando estuve en una crisis económica, la ciencia me ofreció estrategias, pero fue la fe, a través de rituales esotéricos, lo que me dio la fuerza para aplicarlas. Esa combinación de fe y ciencia cambió mi vida.
El apoyo de Mariela fue fundamental para denunciar a un vidente que me chantajeaba con falsas amenazas. Me decía que tenía que pagar más para evitar un desastre en mi vida, pero gracias a ella, lo enfrenté y salí adelante.
Un médico que comete un error no es automáticamente negligente, igual que un vidente que no acierta no es automáticamente un estafador. La intención y la ética son lo que realmente define a un profesional.
Confío en la ciencia para resolver problemas prácticos, pero también creo que la fe puede mover montañas. Los rituales esotéricos me han ayudado en momentos donde la ciencia no tiene respuestas emocionales, como superar una pérdida o sanar un conflicto familiar.
La fe es un derecho humano y una fuente de esperanza para muchas personas. Desacreditarla no es el camino para combatir las estafas. Es importante separar el fraude de la espiritualidad legítima y proteger a quienes buscan ayuda con sinceridad.
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