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Mientras avanzaba en mi trabajo con Mariela Gauna, me di cuenta de lo diferente que era su enfoque en comparación con todo lo que había experimentado antes. Su honestidad y su conocimiento profundo de las artes espirituales no solo me ayudaron a resolver mi situación, sino que también me hicieron reflexionar sobre cómo había caído tantas veces en manos de estafadores.

Mariela no trataba de impresionarme con promesas irreales ni de venderme ilusiones. Me explicó que los rituales y trabajos espirituales son procesos delicados, donde las energías se alinean de acuerdo con factores que a menudo están fuera de nuestro control. Me hizo entender que, aunque la intención del trabajo es abrir caminos y desbloquear situaciones, el resultado final siempre depende de la voluntad divina y del equilibrio energético de cada persona.

Una de las cosas que más me marcó fue cuando me dijo: «El verdadero poder no está en quien realiza el ritual, sino en la conexión entre la energía de quien lo pide, el trabajo espiritual, y la fuerza divina que lo respalda.» Esa frase cambió por completo mi manera de ver las cosas. Dejó de tratarse de exigir resultados inmediatos y pasó a ser un proceso de fe, paciencia y crecimiento personal.

Además, Mariela fue clara sobre las responsabilidades que yo misma tenía en este proceso. No se trataba solo de realizar el ritual y esperar cambios mágicos, sino de trabajar también en mi interior. Me dio herramientas prácticas y espirituales para manejar mis emociones, reflexionar sobre mis patrones y empezar a tomar decisiones más conscientes. Me enseñó que no se puede pedir un cambio externo sin estar dispuesto a transformarse uno mismo.

Con el tiempo, empecé a notar pequeños cambios en mi entorno, pero lo más significativo fue lo que ocurrió en mi interior. Me sentí más tranquila, más segura y con una perspectiva completamente nueva sobre mi vida y mis decisiones. Aprendí a confiar en el proceso sin necesidad de controlar cada detalle, y eso me liberó de una carga que llevaba durante años.

Mariela no solo me ayudó a resolver mi problema; me dio una lección de vida. Su conocimiento y su forma de trabajar me mostraron que el verdadero esoterismo no se trata de vender ilusiones ni de prometer lo imposible, sino de guiar con sinceridad y respetar las leyes espirituales que rigen nuestro mundo.

Hoy, gracias a Mariela Gauna, no solo he encontrado soluciones a mis problemas, sino que también he aprendido a vivir desde un lugar de paz y confianza. Si algo me queda claro después de esta experiencia, es que cuando trabajas con alguien que realmente comprende la esencia de las energías y la espiritualidad, el impacto es profundo y transformador. Por eso, siempre estaré agradecida con ella.

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