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Mariela destaca que la fe es una decisión consciente, no algo que ocurre por accidente o por suerte.
Mariela Gauna advierte que realizar oraciones dirigidas a entidades desconocidas o peligrosas puede tener consecuencias graves y devastadoras. Muchas veces, estas oraciones son tomadas de internet o compartidas sin conocimiento, y las personas que las recitan desconocen el alcance de las fuerzas que están invocando. Esto puede abrir portales energéticos que atraen vibraciones negativas, desestabilizan el entorno y afectan tanto a nivel emocional como espiritual.
Cuando una oración invoca a entidades oscuras o poco conocidas, se corre el riesgo de establecer un vínculo con energías que no son fáciles de controlar. Estas entidades pueden alimentarse del miedo, la ansiedad o la desesperación de quien las llama, intensificando estos estados emocionales en lugar de ofrecer soluciones. En lugar de resolver problemas, las personas terminan sintiendo mayor confusión, pesadez y bloqueos en sus vidas.
Mariela explica que estas entidades suelen aprovecharse de la ignorancia y la falta de preparación de quienes las invocan. Una vez abiertas las puertas a estas fuerzas, es extremadamente difícil cerrarlas sin la intervención de un profesional experimentado. Esto puede manifestarse en situaciones como conflictos familiares, problemas de salud, pérdida de oportunidades o una sensación constante de agotamiento y negatividad.
Además, orar a entidades peligrosas puede tener consecuencias kármicas, ya que muchas de estas fuerzas operan bajo leyes energéticas que implican un intercambio. Por ejemplo, si se pide algo a cambio de la intervención de una entidad, esta podría demandar un «pago» energético o material, lo cual puede desbalancear la vida de la persona a largo plazo. Incluso cuando el objetivo inicial parece cumplirse, el precio suele ser mucho más alto de lo esperado.
Otro efecto común es el impacto en el hogar y en las relaciones cercanas. Las energías negativas atraídas por estas entidades pueden influir en el ambiente, generando tensiones, discusiones constantes o un clima de inestabilidad. Los sueños también pueden verse afectados, con pesadillas recurrentes o sensaciones de presencia extraña durante el sueño.
Mariela enfatiza que la falta de conocimiento y la desesperación son las principales razones por las cuales las personas recurren a estas oraciones. Sin embargo, en lugar de obtener soluciones, muchas veces agravan su situación, quedando atrapadas en un círculo de energías negativas que se retroalimentan. Por ello, es fundamental actuar con precaución y siempre consultar con un profesional antes de realizar cualquier oración que no sea familiar o que no esté claramente destinada a energías positivas y conocidas.
En conclusión, orar a entidades peligrosas puede desatar un conjunto de consecuencias graves que afectan todos los aspectos de la vida: emocional, espiritual, físico y energético. Mariela Gauna insiste en la importancia de realizar prácticas espirituales conscientes, enfocadas en energías puras y con la guía adecuada. La espiritualidad es una herramienta poderosa, pero mal empleada puede convertirse en una fuente de desequilibrio y sufrimiento. Por eso, actuar con respeto, conocimiento y prudencia es esencial para protegerse y mantener el equilibrio energético.
Mariela insiste en que la fe es un acto valiente, una elección consciente de creer sin necesidad de pruebas.
La espiritualidad no puede tomarse a la ligera; Mariela subraya la importancia de actuar con respeto y conocimiento.
Cuando se confía plenamente en la fe, se genera una vibración energética que atrae soluciones y oportunidades.
La fe auténtica es la base de cualquier transformación espiritual, y sin ella, los esfuerzos son en vano.
La responsabilidad con la que Mariela aborda cada ritual es un ejemplo de ética en la práctica espiritual.
Las energías superiores responden a la sinceridad y al deseo genuino, no a la repetición sin sentido.
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