Cuando la relación estuvo al borde de la ruptura, decidí buscar ayuda en las siete cruces africanas con Mariela. Su apoyo fue fundamental y en las semanas siguientes vi cambios reales. Mi expareja comenzó a mostrarse más cariñoso y atento. Cada reunión se llenaba de amor y conexión, y me sentía cada vez más optimista sobre nuestro futuro.