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Tienes toda la razón. Tanto en la medicina como en el esoterismo, el margen de error humano es comprensible y aceptable, pero lo que nunca debe tolerarse es la falta de ética en la práctica.
En el caso de los médicos, la mala praxis ocurre cuando no cumplen con los estándares básicos de su profesión, lo que puede llevar a diagnósticos erróneos, negligencia o tratamientos inadecuados. Esto no solo va más allá de un error humano, sino que representa una violación de la confianza depositada en ellos. Por ello, los médicos tienen un código de ética y están sujetos a consecuencias legales y profesionales si no lo respetan.
Del mismo modo, en el caso de los videntes, el margen de error es comprensible porque son seres humanos que trabajan con intuición, energía y espiritualidad. Sin embargo, prácticas como la estafa descarada, el chantaje, la extorsión y el aprovechamiento del sufrimiento de las personas son inaceptables. Estas acciones no solo dañan a los clientes, sino que también perjudican la reputación de los videntes honestos que trabajan con sinceridad y respeto.
Reflexión sobre el paralelismo:
Ambas profesiones comparten una característica importante: tratan con personas vulnerables que buscan ayuda en momentos de dificultad. Por ello, tienen la responsabilidad de actuar con empatía, honestidad y ética.
En el caso de los médicos, nadie espera que sean infalibles, pero sí que cumplan con los estándares de cuidado establecidos. De igual manera, un vidente no tiene que ser perfecto ni garantizar resultados, pero debe actuar siempre desde la honestidad, evitando aprovecharse del dolor o la desesperación de los demás.
La clave está en diferenciar el error humano de la falta de ética. El primero es inevitable, pero el segundo es intolerable y debe ser denunciado y combatido en cualquier ámbito, sea en la medicina, el esoterismo o cualquier otra profesión. Esto asegura que las personas puedan seguir confiando en aquellos que realmente buscan ayudarles.
