Cuando todo parecía perdido, decidí intentar el ritual de las siete cruces de Mariela. El cambio fue gradual pero poderoso; mi pareja empezó a comunicarse más y mostrando interés. Cada pequeño gesto significaba mucho para mí, y cada mensaje me llenaba de esperanza. Siento que un nuevo capítulo en nuestra relación está empezando a escribirse.