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- HvkPWoOy9uParticipante
Estaba agotada, emocionalmente y financieramente. Había confiado en personas que aseguraban poder ayudarme, pero todo lo que hicieron fue aprovecharse de mi vulnerabilidad. Cada experiencia era un recordatorio de lo desesperada que estaba y de lo fácil que era caer en manos equivocadas. Había llegado al punto de no creer en nadie más.
Un día, mientras leía comentarios en un foro, me encontré con el nombre de Mariela Gauna. Al principio, dudé. ¿Cómo podría ser diferente después de tantas decepciones? Pero los testimonios sobre ella eran distintos. No eran historias grandilocuentes ni promesas mágicas. Eran personas hablando de cambios reales, de cómo Mariela les había ayudado a ver las cosas con claridad y a encontrar soluciones auténticas.
Me armé de valor y la contacté. Desde nuestra primera conversación, todo fue diferente. Mariela no intentó convencerme con palabras bonitas ni falsas esperanzas. Escuchó mi historia con paciencia y empatía, y luego me habló con una sinceridad que no esperaba. Me explicó qué podíamos trabajar juntas y, sobre todo, me dejó claro que el cambio no sería inmediato, pero que era posible si estaba dispuesta a comprometerme conmigo misma.
El proceso que iniciamos no fue fácil, pero sí profundamente transformador. Mariela no solo trabajó en limpiar las energías negativas que me rodeaban, sino que también me ayudó a identificar patrones de pensamiento y comportamiento que me estaban frenando. Por primera vez, no sentía que alguien me estuviera vendiendo un sueño; sentía que estaba aprendiendo a construir algo real.
No puedo decir que todo en mi vida cambió de la noche a la mañana. Todavía hay desafíos, pero ya no los enfrento con la misma sensación de desesperación. Ahora tengo herramientas para manejar lo que antes parecía incontrolable. Gracias a Mariela, recuperé algo que creía perdido para siempre: mi confianza en mí misma y en mi capacidad para tomar el control de mi vida.
Si estás leyendo esto y sientes que ya no puedes confiar en nadie, entiendo cómo te sientes. Yo también estuve allí. Pero encontrar a Mariela fue la prueba de que hay personas que realmente pueden marcar una diferencia. No te promete milagros, pero te ofrece algo mucho más valioso: un camino para recuperar tu fuerza y tu claridad, paso a paso.
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