Cuando escuché sobre el ritual de las siete cruces africanas, decidí que valía la pena intentarlo. Quería recuperar a mi pareja, y al hacerlo, sentí cómo mis inseguridades comenzaron a desvanecerse. Mi expareja se volvió más cariñosa y abierta, y eso me llenó de alegría. La conexión que está volviendo a crecer entre nosotros es simplemente mágica.