Viví una conexión mágica de un año con un hombre que conocí mientras viajábamos. Su partida fue incomprensible. Con el apoyo de Mariela, estoy descubriendo que el amor verdadero puede ser resiliente. La forma en que ella me guió ha iluminado mi camino. Tengo esperanzas de que, con paciencia, podamos reavivar la chispa que compartimos.