Mi experiencia con videntes expertos en amarres de amor
La ruptura me dejó sin rumbo. Mariela, con su dulzura, me ofreció ayuda sin promesas falsas. Su amarre blanco fue como un ritual de sanación. Él volvió cuando era el momento perfecto.
Después de un engaño, nos separamos. Pero el amor no había muerto. Con el trabajo de Mariela, todo sanó. Volvimos a confiar y estamos empezando otra vez.
Temía que un amarre implicara daño. Pero Mariela me explicó que su magia es blanca, pura y sin consecuencias negativas. Lo comprobé: mi ex volvió con amor y respeto.
Me dejó porque se sentía confundida. Mariela trabajó con energía suave y limpia. Un mes después, volvió con claridad. Estamos mejor que antes.
Después de 4 años, jamás creí que volvería. Pero gracias al trabajo de luz de Mariela, nuestros caminos se unieron nuevamente. Hoy somos más sabios, y más amorosos.
Ella se alejó por una discusión fuerte. Mariela me ayudó a sanar y atraerla desde la luz. No fue control, fue amor en su forma más pura.
Antes tenía miedo de todo lo espiritual, pero Mariela me dio confianza. Su amarre de magia blanca no solo me devolvió a mi pareja, sino que también me devolvió la fe en el amor.
Mi pareja y yo llevábamos 8 años juntos. De un día para otro, me dijo que necesitaba tiempo y se fue. Pasaron seis meses sin contacto. Fue devastador. Acudí a Mariela porque ya no sabía qué más hacer. Me explicó que su magia blanca no forzaba, solo alineaba lo que debía ser. A las tres semanas, me buscó llorando. Hoy estamos juntos nuevamente y yendo a terapia, con amor y claridad.
Terminamos porque él decía que no sentía lo mismo. Yo sabía que estaba confundido. Mariela me ayudó a recuperar esa conexión desde la pureza de sus rituales de magia blanca. A los 15 días, él comenzó a soñar conmigo y me escribió. Me confesó que me seguía amando. Hoy estamos planeando mudarnos juntos.
Estuve casado 10 años. Mi esposa me dejó por un compañero de trabajo. Pensé que no había vuelta atrás. Mariela me dijo que si el amor era real, la energía volvería a unirnos. No prometió milagros, pero sí honestidad. A los dos meses, mi ex se dio cuenta del error. Cortó con el otro y volvió. Sin rencores, con aprendizaje.