Quiero compartir mi experiencia con amarre de magia blanca pura
Estuve con mi pareja más de ocho años. Una relación muy intensa, con altibajos, pero real. Cuando me dijo que se iba, que “ya no sentía lo mismo”, sentí que me partían por dentro. Lloré durante semanas. No comía, no dormía, no podía seguir con mi vida. Intenté todo: hablarle, escribirle, aparecerme por sitios donde él solía ir. Nada funcionaba. Me bloqueó de todas partes.
Busqué ayuda. Y fui tonta, porque caí con una supuesta “vidente” que me pedía hacer velas, oraciones, pagos semanales... y lo único que conseguí fue quedarme con menos dinero y más dolor. Me sentí estafada y culpable.
Hasta que una noche, buscando en YouTube, encontré un vídeo de Mariela Gauna. Hablaba con una claridad que me hizo llorar. Parecía que me hablaba a mí. Me fui a su página, la busqué en Instagram y le escribí por WhatsApp. No esperaba mucho. Pero al rato me mandaron un vídeo donde se presentaba y después, un audio suyo, personalizado, diciéndome mi nombre, hablándome directamente. Analizó mi caso sin cobrarme. Me dijo: “No es fácil, pero se puede trabajar. Hay amor, y hay vínculo. No está roto del todo”.
Confié. Me recomendó un amarre de amor completo y eterno con magia blanca pura, sin dañar a nadie, sin forzar. Todo limpio, ético. Yo no hice nada. Solo me pidió que estuviera tranquila. Ella lo hizo todo. Me acompañó durante el proceso. Me escribía para ver cómo estaba, me contenía emocionalmente.
A los 19 días, me desbloqueó. A los 23 me escribió. A los 30 quedamos. Y a los 35 volvió a casa con sus cosas. Hoy estamos juntos. Pero no como antes. Más maduros. Más conscientes. Gracias Mariela. No sé cómo pagarte esto.