El Mejor foro de Videncias y Amarres de Amor

Opiniones reales sobre Amarres de Amor, Videncia, Tarot, con los mejores Videntes del momento

Forum

Por favor, o Regístrate para crear mensajes y debates.

Confié en la vidente más famosa y con mejores referencias de Internet en prensa en foros y me di cuenta que todo era una mentira

AnteriorPágina 5 de 5

Estuve más de un año sin saber de él. De un día para el otro, me dijo que ya no sentía lo mismo, que estaba confundido, que necesitaba estar solo. Lo más doloroso fue que después me enteré que estaba con otra. Una compañera de trabajo con la que siempre sospeché algo. No lo quise creer, pero cuando vi las fotos, me derrumbé.

Pasé meses llorando. Perdí peso, me enfermé, no quería ver a nadie. Todos me decían que lo dejara ir, que no valía la pena. Pero nadie entendía lo que había entre nosotros. No eran solo recuerdos o costumbre. Era una conexión real. Una historia construida día a día, con amor. Me negaba a aceptarlo.

Busqué ayuda por todos lados. Desde amigas que me recomendaban terapias, hasta videntes que prometían “soluciones rápidas”. Caí en manos de una que me sacó dinero, me decía que tenía que comprar velas, aceites, hacer baños, prender cosas… y nada pasaba. Sentí que estaba tirando mi dignidad por la ventana. Me sentí vacía, humillada.

Una noche encontré a Mariela Gauna en un vídeo. Me impactó su mirada, su forma de hablar. Era directa, pero dulce. Seria, pero cercana. No me lo pensé más. Le escribí con el corazón en la mano. Me contestó con un texto explicativo y luego me pidió mis datos. A los días, me llegó su audio. Sentí que me conocía de antes. Que veía más allá de lo que yo era capaz de poner en palabras. Me habló con respeto. Me dijo que veía cosas que aún se podían trabajar, pero que sería un proceso.

Lo acepté. Y lo que vino después fue sanación. No solo hacia él, sino hacia mí. Mariela me acompañó paso a paso. Me hablaba cuando me sentía ansiosa. Me explicaba todo. Me sostenía. Lo más increíble fue que después de meses de nada… él apareció. Primero con una excusa absurda. Luego con mensajes más personales. Y finalmente, un día me llamó. Llorando.

Nos vimos. Me pidió perdón. Me dijo que no sabía qué le había pasado. Que necesitaba volver. Hoy estamos empezando de nuevo. Con más madurez. Con más verdad. Y con más amor. No tengo cómo agradecerle a Mariela por lo que hizo, no solo con él, sino conmigo. Me devolvió la fuerza, la dignidad y la esperanza.

Estuve con una persona durante cuatro años. Vivíamos juntas. Todo era armonía, respeto, amor real. Pero después de la pandemia todo empezó a cambiar. Se fue apagando. Empezaron las discusiones. Las distancias. Hasta que un día hizo las maletas y me dijo: “No puedo más”.

Me dejó sin aire. Me encontré sin suelo. Busqué respuestas por todos lados. Amigos, redes, terapeutas… pero nada me calmaba. Y un día, mientras leía experiencias de gente que había pasado por algo similar, leí el nombre de Mariela Gauna.

Entré a su perfil. Vi un vídeo. Y fue como si una campana sonara por dentro. Le escribí sin expectativas, y me respondió. Me explicó su forma de trabajar, me pidió mis datos, y después me mandó su análisis. Sentí que me hablaba desde un lugar muy verdadero.

Mariela no te llena de promesas vacías. Te explica. Te da opciones. Te acompaña. Me ayudó no solo a entender lo que pasaba, sino a entenderme a mí. A trabajar mi miedo, mi apego, mi desesperación.

Después de unas semanas, mi ex me escribió. Me dijo que me soñaba. Que me sentía cerca aunque no me viera. Volvimos a vernos. Hablamos con el corazón abierto. Hoy estamos yendo despacio, pero juntos. Y yo, agradecide eternamente con Mariela.

Lo mío era casi imposible. O eso pensaba. Él se había ido con otra, con la que vivía en otra ciudad. Habían empezado una nueva vida. Mientras tanto, yo me quedé sola, llorando en nuestra casa. Me costaba hasta salir de la cama. Todo me recordaba a él. El olor de las sábanas. Las tazas del desayuno. Su cepillo de dientes.

Sentía que nadie me entendía. Y menos aún los que me decían que “pasara página”. Yo no podía. No era tan fácil. Porque lo amaba de verdad. Porque sabía que él también me había amado.

Vi a Mariela mencionada en un grupo privado. Al principio pensé que sería una más. Pero cuando vi su directo en TikTok y luego su canal de YouTube, supe que había algo distinto en ella. Le escribí con la voz quebrada. Me respondió con ternura y seriedad.

A los días, me mandó un audio largo. Me explicó cosas que me dejaron pensando durante días. Sentí que por fin alguien veía mi historia sin juzgarla. Me dijo que si yo quería, ella me acompañaría. Acepté.

Poco a poco, sin yo buscarle, él empezó a aparecer. Primero indirectamente. Luego con mensajes. Hasta que un día me llamó y me dijo: “No sé qué me pasa, pero no puedo olvidarte”. Volvió. Con otra mirada. Otra forma de tocarme. De mirarme. Y me abrazó tan fuerte que entendí que sí, que aún había algo entre nosotros. Todo gracias a Mariela.

AnteriorPágina 5 de 5
Scroll al inicio