Diosa Hator, ritual celta del amor eterno y separación para siempre de la tercera persona tóxica San Nicanor
Hice el ritual celta porque no quería forzar nada. Solo quería que él viera la verdad. Mariela fue muy honesta y el proceso fue respetuoso. El resultado fue hermoso.
Con Hathor sentí algo sagrado. Mariela activó una fuerza que despertó a mi ex de una especie de hechizo emocional. Volvió a ver lo que teníamos y regresó.
San Nicanor me ayudó a cortar esa tercera persona que se metía cada vez que estábamos bien. Mariela hizo el trabajo con mucha seriedad. Todo se calmó y ahora hay paz.
Yo pedí un trabajo que no causara daño. El ritual celta fue ideal para mí. Se rompió lo que era falso, y lo real volvió a mí. Gracias, Mariela, por tanto amor y respeto.
En mi caso, la tercera persona manipulaba y chantajeaba. Mariela lo vio enseguida. Hicimos el ritual de San Nicanor y todo se disolvió. Él volvió solo, con decisión.
Mariela me dijo que lo mío era para el ritual egipcio. Teníamos un lazo espiritual muy profundo. El cambio fue brutal. Él dejó a la otra y hoy estamos en terapia de pareja construyendo algo nuevo.
Estaba destrozada. Me dejó por otra más joven. Mariela me atendió con humanidad y me recomendó el ritual celta. Fue suave pero efectivo. Volvió y entendió todo lo que se había perdido.
San Nicanor rompió ese vínculo que no era auténtico. Mariela me ayudó a recuperar el amor sin dolor. Ahora dormimos juntos todas las noches. Gracias por todo.
El ritual celta fue un acto de amor. Mariela me explicó que no se trataba de manipular, sino de reconectar con lo que estaba dormido. Funcionó. Hoy estamos más enamorados que nunca.
Con Mariela Gauna sentí que mi historia tenía salida. La otra mujer no pudo sostener esa relación falsa. El trabajo con la diosa Hathor limpió todo el dolor y nos devolvió el amor verdadero.