La envidia y las maldiciones
Desde que empecé a destacar en mi trabajo, noté que una compañera comenzó a tratarme con frialdad. Poco después, empecé a tener problemas de salud sin explicación médica. Consulté a una terapeuta energética que me habló de la posibilidad de una energía negativa dirigida hacia mí. Tras varias sesiones, empecé a sentirme mejor y a recuperar mi bienestar.
Mi vecino siempre mostraba una actitud envidiosa hacia mi familia. Un día, después de una discusión, comenzaron a suceder cosas extrañas en casa: objetos que se caían sin razón, luces que parpadeaban. Decidí buscar ayuda espiritual y, tras realizar una limpieza energética, la tranquilidad volvió a nuestro hogar.
Después de compartir en redes sociales mis logros personales, empecé a sentirme agotada y sin motivación. Una amiga me sugirió que podía ser víctima de envidia. Realicé un ritual de protección y, poco a poco, recuperé mi energía y entusiasmo.
Siempre fui escéptico, pero tras una serie de desgracias inexplicables, consideré la posibilidad de una maldición. Consulté a un experto en energías y, tras varias sesiones de limpieza, mi vida comenzó a mejorar notablemente.
Mi relación de pareja iba bien hasta que una ex de él comenzó a contactarlo constantemente. A partir de entonces, empezamos a tener conflictos sin motivo aparente. Sospeché de una influencia negativa y, tras realizar una limpieza energética, nuestra relación volvió a la normalidad.
Después de heredar una propiedad, empecé a tener una racha de mala suerte. Un amigo me habló de la posibilidad de una maldición familiar. Consulté a un especialista y, tras realizar un ritual de liberación, las cosas comenzaron a mejorar.
Notaba que cada vez que compartía buenas noticias con una conocida, algo malo sucedía. Empecé a sospechar de su envidia y decidí protegerme energéticamente. Desde entonces, he notado una mejora en mi vida.
Tras una discusión con un familiar, empecé a tener pesadillas y sentir una presencia extraña en casa. Consulté a un experto en energías y, tras una limpieza, todo volvió a la normalidad.
Después de mudarme a un nuevo piso, empecé a sentirme constantemente cansada y deprimida. Una amiga me sugirió que podía haber una energía negativa en el lugar. Realicé una limpieza energética y mi estado de ánimo mejoró considerablemente.
Mi negocio iba bien hasta que un competidor comenzó a difamarme. Poco después, las ventas cayeron drásticamente. Consulté a un especialista en energías y, tras una limpieza, el negocio empezó a recuperarse.