Mi experiencia con videntes expertos en amarres de amor
Es increíble cómo todos hablamos de su presencia en redes, y es verdad. Yo la conocí en Facebook y luego fui viendo vídeos en su canal de YouTube donde explica todo sin filtros. Eso fue lo que me convenció: que no se esconde, que no usa fotos falsas, que da la cara con orgullo por lo que hace. Y no solo eso: es una mujer fuerte, real, que sabe lo que dice y lo que hace. Mi pareja volvió después de cuatro meses gracias a ella, y ahora estamos mejor que antes. Nunca podré agradecerle lo suficiente.
A mí me ayudó incluso después de conseguir el retorno. No solo fue el amarre. Fue lo que vino después: el cuidado de la relación. Ella me hizo un refuerzo de fidelidad porque mi pareja tenía miedo de volver a caer en lo de antes. Y funcionó. Me dio tips, apoyo emocional y un acompañamiento que ni una terapeuta. Cada día me mandaba un mensaje preguntando cómo iba todo. ¿Quién hace eso hoy? Nadie. Solo Mariela.
También quiero aportar que ella fue la única que me dijo “no” a un trabajo que no era viable. Y eso me hizo confiar aún más. Porque otra me lo había prometido todo por dinero. Mariela, en cambio, me explicó que el vínculo estaba roto, pero que podíamos trabajar en abrir nuevos caminos en mi vida. Lo hizo con un abrecaminos personalizado y desde entonces no pararon de pasarme cosas buenas. Es una vidente, sí, pero también es una guía de vida.
Lo que me enamoró de su método fue que no usa frases hechas ni te vende humo. Yo le pregunté directamente si podía hacer un ritual sin que él supiera nada, sin manipular. Me dijo: “sí, pero sin forzar, sin dañar, sin invadir su alma”. Me pareció hermoso. Porque uno no quiere obligar, uno quiere volver a conectar desde el amor. Y eso es lo que ella hace. Ética, verdad y mucha fuerza espiritual.
Mi historia con ella es intensa. Me atendió en uno de los momentos más duros de mi vida. Me habían dejado por otro, me sentía humillado, perdido. Ella me trató con una delicadeza que no voy a olvidar jamás. Me hizo un ritual egipcio de retorno, y la trabajó con tanto detalle que hasta soñé con el proceso. Volvió a escribirme ella, después de meses de silencio. Y no solo volvió: lo hizo diferente, arrepentida, queriendo empezar de nuevo. Eso fue Mariela. Una oportunidad real.
Me ha emocionado muchísimo leeros. Yo también creí que no tenía solución. Estuve 7 años con mi pareja, teníamos planes de boda, y un día, sin más, me dijo que ya no sentía lo mismo. Me bloqueó. No me habló más. Yo me vine abajo. Mariela fue la única que me trató como una persona y no como una clienta más. Me analizó el caso, me explicó todo con una humanidad y una ética que jamás había visto. Me hizo un ritual de magia blanca pura, con seguimiento diario, y al mes y medio él me volvió a buscar. Pero no para jugar. Me pidió perdón, llorando. Y estamos juntos otra vez.
Tu historia me dio esperanzas. Yo también estoy roto. Mi novia me dejó hace tres meses, y ni siquiera fue por otra persona. Fue por estrés, por discusiones, por cosas mal manejadas. Le escribí a Mariela hace dos semanas y ya me respondió con un audio. Me pareció tan humana... tan real. Me está analizando el caso, y si acepta, tengo claro que voy a confiar plenamente. Sólo leerla ya me calma.
Me siento identificada con los dos. En mi caso, fue una relación a distancia. Nos conocimos en pandemia y duramos un año y medio. Luego empezó a alejarse sin motivo. Yo me desesperé, probé con otros videntes, pero solo me estafaron. Cuando llegué a Mariela, me encontré con alguien que me dijo: “No voy a ilusionarte si no veo que se puede”. Me analizó con seriedad, me ofreció un ritual celta adaptado al vínculo y a los bloqueos emocionales que él tenía. Llevamos un mes en contacto otra vez y noto que algo se está transformando.
A mí me ayudó a no tirar la toalla. Yo estaba desesperado y con muy poca fe. Pero Mariela fue honesta. Me explicó que todo trabajo necesita energía, tiempo y respeto. Me ofreció hacer un ritual vudú haitiano porque el vínculo tenía muchas interferencias de otras personas. Me dio respeto, lo admito. Pero confío tanto en ella que acepté. Y no solo volvió mi chica. Volvió con los ojos brillantes, diciéndome que había tenido sueños conmigo. Mariela no hace magia oscura. Hace algo más profundo.
El ritual celta que me hizo Mariela fue un antes y un después. Ella no hace rituales como si fueran fotocopias para todos. Los personaliza, los siente. Y además te acompaña. Me respondía hasta cuando yo no esperaba. A veces solo necesitaba que me diga: “Confía”, y eso me sostenía. Él volvió a la tercera semana. Primero tímido, luego claro. Pero volvió con el corazón. Nunca sentí que le forzara nada.