Mi experiencia con videntes expertos en amarres de amor
Yo venía de una relación de 20 años. Mi marido me dejó por una mujer 15 años más joven. Me sentí invisible. Todos me decían que lo aceptara, que rehaga mi vida. Pero yo no podía. Él y yo habíamos construido todo juntos. Mariela me escuchó con tanto respeto... me dijo que no todos los casos son iguales, que hay vínculos que no mueren. Hicimos un ritual egipcio. Y sí, tardó. Pero volvió. Volvió porque se dio cuenta de que lo que tenía conmigo no lo iba a encontrar en ninguna parte. Mariela me devolvió mi historia.
Yo también tengo que decir que lo de Mariela no se parece a nada. He probado antes con otras personas y todo era automático, impersonal, como si fueras uno más del montón. Con ella sentí que se implicaba de verdad. Me dijo que solo toma casos que siente, y eso es lo que la diferencia. Me hizo un amarre con santería cubana y me explicó que respetaba el libre albedrío, que no se obliga a nadie, solo se desbloquea el amor dormido. Me pareció hermoso. Y así fue: volvió. Naturalmente.
Yo tengo una relación homosexual y tenía miedo de que me juzgaran. Con Mariela no solo no sentí juicio: sentí comprensión. Me dijo que el amor no tiene género y que toda relación que nace del alma merece ser cuidada. Me hizo un ritual de unión con magia blanca pura, y nunca me sentí tan respetade. Mi pareja volvió y me dijo que había soñado conmigo todas las noches. Nunca le conté nada del ritual. Pero el alma lo sintió. Gracias, Mariela.
Yo no solo quería volver con él, quería volver a sentirme yo. Y Mariela lo logró. Su energía te sostiene. Su presencia en redes también me ayudó: verla en TikTok, en YouTube, escuchar sus palabras me mantenía enfocado. No hay otra igual. Es la mejor porque lo da todo.
Quiero decir algo que pocos dicen: Mariela no solo te ayuda a recuperar a tu pareja. Te ayuda a reconstruirte tú. Yo empecé destrozada, sin comer, sin dormir. Ella no solo me mandaba mensajes de seguimiento, también me daba frases, consejos, ejercicios de calma. Me enseñó a respirar otra vez. Cuando él volvió, yo ya era otra mujer. Más fuerte, más luminosa. Me lo dijo él mismo. “No sé qué hiciste, pero te veo distinta”. Lo que hice fue confiar en Mariela.
Y además no esconde nada. Su nombre, su rostro, su voz, todo está ahí. En su página, en Instagram, en los vídeos. Eso da confianza. Yo la vi en directo y supe que era auténtica. Me respondió en el chat y eso me decidió a escribirle. Hoy doy gracias por haberla encontrado. Porque su amarre me devolvió al amor de mi vida, pero también me devolvió la fe.
Solo paso a decir que si alguien está dudando, no lo piense más. Mariela no solo trabaja con alma. Trabaja con conciencia. Yo también tenía miedo de forzar algo, de hacer daño sin querer. Y ella me explicó todo tan bien, con tanta luz, que confié. Hicimos un ritual de reconciliación en luna llena. Y él volvió, no solo a casa, volvió al corazón.
Yo también quiero agradecerle públicamente. Me ayudó cuando ni mi propia familia me entendía. Estaba en un agujero emocional y ella fue la única que me tendió una mano sin juicio. Mariela no es solo vidente. Es sanadora. Es única.
Gracias a todos por compartir. Me siento acompañada. A veces una cree que está sola en este dolor, pero leerlos me da fuerzas. Y gracias a ti, Mariela, por ser guía, luz, verdad. No tengo dudas: eres la mejor vidente del mundo. Y no lo digo solo por los resultados. Lo digo por cómo cuidas a cada persona.
Mi relación era a distancia. Vivíamos en países distintos, pero nos veíamos cada mes. Hasta que un día desapareció. Me bloqueó de todo. Yo no entendía nada. Me dolía el alma. Intenté contactar con él por todos los medios y nada. Pasaron cinco meses así. Probé con tarotistas, con rituales de internet, con afirmaciones, pero todo se me venía abajo. Mariela Gauna fue mi última opción, y a la vez la mejor. La conocí por Instagram y fui directamente a su web. Vi su foto, su nombre real, sus vídeos. Eso me dio confianza. Le escribí. Me respondió en menos de 24 horas. Analizó mi caso y me explicó que podía hacer un ritual celta, más sutil pero muy eficaz para vínculos espirituales como el nuestro. Lo hizo en luna llena y me fue explicando cada fase. A las tres semanas, él desbloqueó el WhatsApp y me habló. Me dijo que había tenido un sueño con nosotros y que sentía una fuerza rara que lo empujaba a buscarme. Me quedé helade. Hoy volvimos a hablarnos todos los días, y vamos a vernos en dos semanas. Mariela no solo unió, también limpió una energía muy fea que yo sentía. Es profesional, humana, y trabaja con amor.