Quien ha hecho rituales de amarres de amor de magia blanca pura necesito consejo
Estoy viendo los primeros efectos del amarre que empecé hace poco. Ella se volvió a interesar, me ha llamado dos veces esta semana. Aún estamos en proceso, pero ya no me siento sola ni perdida. Mariela está ahí, cada día, guiándome.
Después de otras videntes que solo me pedían dinero, con Mariela por fin sentí tranquilidad. Me mandó su vídeo, me explicó el proceso, y lo más importante: cumplió.
Solo pasaba por aquí para decir GRACIAS. Volvió después de meses. No me lo esperaba. Pero ahí está. Mariela lo hizo posible.
Volvió. Después de casi un año sin saber de él. Ni una señal, ni un mensaje, ni nada. Yo ya lo daba por perdido. Gracias a Mariela, hoy dormimos juntos otra vez. No tengo palabras.
Una señora me pidió 400 euros para quitar “una energía negra”. Me sentí estafada. Mariela fue totalmente distinta. Me habló con respeto, sin miedo, sin mentiras. Y me ayudó de verdad.
Mi pareja se fue diciendo que “no me amaba ya”. Me destrozó. Con Mariela pude recuperar no solo la relación, sino la confianza. Volvió con otra energía, como si lo hubieran despertado.
Estuve casi ocho años con él. Empezamos muy jóvenes, con esa ilusión que se tiene al principio, y fuimos creciendo juntos. Compartimos piso, hicimos viajes, pasamos por momentos buenos y por otros muy duros también. Yo siempre pensé que, a pesar de todo, estábamos destinados a estar juntos. Lo sentía con el alma.
Pero hace un año empezó a cambiar. Se volvió frío, ausente. Decía que estaba agobiado, que necesitaba pensar. A mí me pilló totalmente desprevenida. Le preguntaba si había alguien más y me decía que no, que simplemente no sabía lo que sentía. Un día, sin más, hizo las maletas y se fue. Me dijo que necesitaba “reencontrarse”.
Durante meses estuve muy mal. Me despertaba llorando, me dormía llorando. Perdí peso, dejé de salir, no tenía ganas de nada. Lo intenté todo: le escribía, le mandaba mensajes bonitos, le pedía hablar… y lo único que recibía eran silencios o respuestas secas. Me bloqueó de redes. Fue como si me arrancaran un pedazo de mí.
En esa desesperación, probé con dos videntes que encontré en internet. Me prometieron cosas absurdas: resultados en 24 horas, regresos instantáneos, etc. Una de ellas incluso me llegó a decir que si no pagaba más, mi situación empeoraría. Me sentí estafada, utilizada. Y lo peor es que me sentía más sola aún.
Una noche, sin dormir, empecé a buscar testimonios reales en foros. Y así llegué a varios comentarios que hablaban de Mariela Gauna. Me sorprendió ver que había gente explicando sus casos con tanto detalle, con tanta emoción. Vi que tenía canal de YouTube, vídeos con su voz, vídeos suyos hablando con claridad, y no como esas otras que se esconden. Me dio buena espina. Le escribí por WhatsApp sin muchas esperanzas.
Desde el primer mensaje me sentí bien. Me mandaron un texto que explicaba todo con claridad, sin adornos. Luego recibí un vídeo de presentación de ella, que me encantó. Y por último, un audio personal grabado con mi nombre, mi situación, y su análisis. Me emocioné. Sentí que alguien, por fin, me entendía.
Me pidió mis datos y los de él, me hizo un estudio gratuito y me dijo que sí se podía trabajar, pero que requería constancia, y que no esperara resultados mágicos de un día para otro. Eso me generó mucha confianza. No me pidió que encendiera velas, ni que repitiera frases, ni que hiciera nada yo. Lo hizo todo ella.
A los diez días, él me desbloqueó. No hablamos al instante, pero ya eso para mí fue una señal. Al cabo de tres semanas, me escribió. Me dijo que había estado pensando mucho, que sentía que se había confundido, que algo dentro de él no lo dejaba estar tranquilo. Al mes, nos vimos. Fue una mezcla de nervios, miedo y emoción. Lloramos los dos. Me dijo que me echaba de menos cada día.
Hoy estamos de nuevo juntos, sin presiones, sin prisas, pero con mucha más conciencia que antes. Y aunque aún estamos reconstruyendo, yo sé que fue Mariela quien hizo posible que se abriera ese camino. Por eso escribo aquí, por si alguien está pasando por lo mismo que yo pasé. Hay gente que sí trabaja con el alma. Mariela lo hace.
Nos separamos en 2022. Mucho dolor, muchos intentos de hablar y nada. Lo último que hice fue contactar con Mariela, y desde ahí todo cambió. Él volvió, con cariño, con arrepentimiento. Fue real.
Tenía mucho miedo de caer en otra estafa, pero fue todo lo contrario. Mariela fue muy clara. Me explicó que el trabajo lo hacía ella, sin cosas raras. Y me mantuvo informado en todo momento. Y sí, volvió.
Volvió. Y volvió diciendo que no podía dejar de pensar en mí. Que sentía que había cometido un error. Que soñaba conmigo. ¿Casualidad? No lo creo. Gracias Mariela.